Dispepsia Funcional: Sintomatología y Tratamiento Nutricional

El término dispepsia se refiere al dolor inespecífico y constante en la parte superior del estómago, este malestar puede deberse a causas orgánicas como reflujo esofágico, gastritis y úlceras pépticas. La dieta, el estrés y otros factores del estilo de vida pueden contribuir a los síntomas. La dispepsia funcional (dispepsia no ulcerosa) es un malestar persistente o recurrente en el esófago, el estómago o el duodeno sin enfermedad asociada.

Al cabo de un año, entre el 15 y el 20% de los adultos manifiestan síntomas de dispepsia funcional, como malestar abdominal inespecífico, distensión abdominal, saciedad rápida, náuseas y eructos. El mecanismo subyacente no está claro; se ha considerado una posible hipersensibilidad visceral al ácido o hinchazón, así como cambios en la regulación gástrica.

• Hipersensibilidad gástrica o duodenal: mayor sensibilidad en el estómago o en la parte inicial del intestino delgado. Esta condición puede manifestarse en diversos síntomas, tales como dolor, malestar, náuseas.

• Relajación fúndica alterada: La alteración en la relajación fúndica puede contribuir a problemas de indigestión y malestar abdominal, especialmente después de comer.

• Infección por H. Pylori: bacteria que vive en el moco que recubre el estómago. Puede sobrevivir en el entorno ácido del estómago y se adhiere a la mucosa gástrica, donde puede causar inflamación e irritación.

• Disrritmias gástricas: Malestar en la parte superior del abdomen sin una causa orgánica clara, a menudo asociada con contracciones gástricas irregulares.

• Vaciamiento gástrico retardado: Trastorno en el que el estómago no vacía su contenido de manera efectiva, pero sin una causa orgánica clara.

Tratamiento Nutricional

• Aunque no todos los casos están confirmados, suelen intervenir determinados factores, como una comida elevada en grasa (copiosa), azúcar, cafeína, especias o alcohol. El retraso en el vaciado y la saciedad excesiva son características comunes. Puede ayudarle a reducir el consumo de grasas, comidas menos abundantes, dietas hipocalóricas y alcanzar un peso saludable.

• Limitar el consumo de bebidas alcohólicas.

• El estrés constante puede provocar trastornos gastrointestinales.